Aguadores y azacanes



Desde tiempo inmemorial , estos esforzados representantes de uno de los más duros y penosos oficios que existen, se afanaron en abastecer del precioso líquido elemento a los habitantes de distintas poblaciones en las que el agua era escasa o estaba lejos de los lugares de consumo.

Al no existir todavía el abastecimiento de agua potable mediante tuberías, no quedaba otra opción que la de ir a la fuente a llenar el cántaro y si el cántaro no podía ir a la fuente, había que traer la fuente a casa. Si no había fuente o estaba seca, había que ir al río más cercano y traer el agua desde allí.

En ese hecho precisamente fue donde mucha gente vió que esa circunstancia brindaba "un buen nicho de negocio", como se dice ahora, y sin dudarlo demasiado se apuntaron a la oportunidad de ganar algo para mejorar sus difíciles condiciones de vida y para sobrevivir, aunque esa mejora fuera a costa de suponer para ellos un enorme esfuerzo físico.

Y como si fueran artificios hidráulicos humanos, con  cierta capacidad para conducir el agua y elevarla en contra de la gravedad, que siempre la fuerza a correr hacia abajo y la derrama, se lanzaron a la tarea de acarrear agua, en todas las latitudes y lugares, y utilizando todos los medios disponibles a su alcance con los cuales idearon diversas técnicas y métodos, como se puede ver a continuación:







Y los niños también participaron...



Aunque se tumbasen cuando se cansaban...


  
Y no podían faltar las mujeres en este negocio, haciendo alarde de sus dotes de equilibrio.



A los que les iba medianamente bien y podían ahorrar lo suficiente para comprarse una carretilla, lo hacían sin más demora puesto que así aumentaban su volúmen de negocio y aumentaban sus posibilidades de prosperar, pero ese método era tan agotador que su "sueño" a partir de ese momento solamente podía ser uno: Seguir ahorrando a toda prisa para poder comprarse un jumento y dar así el salto definitivo a un trabajo más llevadero y libre de la mayor parte de su esfuerzo físico que trasladaría a su nuevo y fuerte compañero de fatigas.

Eso es lo que consiguió, ya en aquellos tiempos, el aguador de Rodas al  comprarse un burro como el que se muestra, en cerámica, en el museo de aquella ciudad.

Museo Arqueológico de Rodas


Así, sin grandes cambios, el oficio siguió prestando sus servicios a través de los siglos. Al aguador que vivió antes de la época de Juanelo Turriano que consiguió comprar un burro, se le vería relativamente así de descansado con la aguijada en la mano.

Azacán (aguador) hacia 1530       Galería Nacional de Nüremberg

Lo mismo de descansados que a los aguadores que ya eran sus contemporáneos, los cuales, gracias a sus burros y mulas trabajaban menos y prosperaban más.


Tanto, que a muchos hasta se le notaba en la vestimenta


A los que no les iba tan bien era a los pobres animales de carga, que no podían protestar ni por el trabajo ni por la comida. Y si lo hacían, pagaban las consecuencias.

Ya llegados a la época en la que mediante la fotografía se podían hacer instantáneas de lo que se pretendía preservar, existen muchos documentos gráficos que muestran que la actividad de este gremio siguió hasta que las tuberías de abastecimiento de agua llegaron a prácticamente todos los lugares poblados, eso claro está, hablando de nuestro entorno y de nuestro estado de bienestar, porque hablando del tercer mundo, la cosa sigue igual: 
Sin abastecimiento de agua corriente, sigue habiendo trabajo penoso para los aguadores. Desafortunadamente.

Veamos pues, gracias a la fotografía, distintos aguadores de los siglos XIX y XX.


Joven emprendedor, presumiblemente yendo a por carga


Viejo aguador autónomo al que le debió de ir bien, porque posee 2 jumentos


Distribución: Entrega y recogida de cántaros


Aprovechando el viaje en vacío


Dos categorías de aguador: El uno tiene 2 borricos y el otro solamente carretilla



Descansando en la plaza junto a una mujer aguadora


Niño llenando el cántaro en la fuente


Y viejo con su tarea. Sin jubilación, trabajando hasta morir.


Otro niño aguador en pleno siglo XX



Y un próspero empresario aguador a juzgar por los medios que utiliza



Criadas y aguadores


Señora llenando el cubo en una fuente que posiblemente está cerca de su casa y por eso no necesita los servicios del aguador.


Señoras con sus cántaros.
Posiblemente para consumo propio y por tanto no son aguadoras.

Las 2 últimas imágenes nos ilustran la situación de la gente que va a por agua, porque carecía de ella en sus casas, pero no para vender, sino para consumo propio. 
Con el estado de bienestar y la llegada de abastecimiento de agua potable a la mayor parte de los lugares habitados, o en su defecto, mediante la perforación de pozos y la instalación de bombas automáticas, estas imágenes ya no se dan en los países de nuestro entorno y pasaron a formar parte del pasado al igual que las imágenes de los aguadores, que eran tan corrientes en muchas zonas hasta hace bien poco.

Otra cosa es si nos vamos a otras zonas del planeta más desfavorecidas. En esos lugares quizás no haya ya muchos aguadores como vendedores de agua, porque pocas personas podrían permitirse pagarles sus servicios hoy en día, por muy baratos que estos fueran. Y ya se sabe, si no hay clientela, no hay negocio. Lo que sí hay todavía, es mucha gente que tiene que auto-abastecerse, como hacíamos nosotros también hasta no hace mucho tiempo.


Y como lo hacen estas mujeres con sus bidones. 


O estas otras con sus cántaros dobles


Estas mujeres van a por agua en grupo, porque de este modo corren menos peligros en el largo trayecto que las separa del río.

La tarea de autoabastecerse de agua, en esta latitudes parece estar exclusivamente a cargo de las mujeres

Y de los niños.

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Los aguadores actuales en el mundo desarrollado.

¿Quién dijo que murieron los aguadores? Que ya no existen en el mundo desarrollado.
Ni mucho menos desaparecieron, siguen ahí, a continuación se pueden ver:


Aguadores o repartidores en la actualidad, vendiendo agua utilizando los medios de hoy en día.


Aguador con el agua al hombro como antaño. Hoy le suelen llamar repartidor.


Auto abasteciéndose en el supermercado, previo pago de la mercancía y teniendo que llevarla uno mismo a su casa,  o punto de consumo, ahorrándose así el aguador repartidor, pero no los otros aguadores que hicieron posible que el agua llegase al supermercado o a cualquier otro punto de venta. 

¿Quien trajo las garrafas de agua hasta el supermercado?
El aguador distribuidor con su camión. 




El grifo: El último aguador.

Efectivamente, detrás del grifo hay un montón de aguadores que cobran por abastecernos en nuestras casas y en nuestras viviendas y empresas. Cobran por hacer posible que siempre esté el agua disponible sin tener que esperar a que llegue el aguador. Por eso, el aguador final en la actualidad es el grifo, el cual está siempre dispuesto a soltar agua nada más abrirlo y además agua de calidad.
Los aguadores que hacen posible este milagro son: Los proveedores de capital y los constructores de la infraestructura de embalses, red de abastecimiento, depuradoras y depósitos. Todos los empleados de reparación y mantenimiento, control de potabilidad, distribución y gestión de cobro y no se cuantos aguadores más que seguro se me quedan todavía en el tintero, pero que es igual, puesto que con los ya citados es más que suficiente para darse cuenta de que  estos aguadores tienen que ser mucho más caros que los de antes y que el grifo puede ser el que más dinero se lleve si no se tiene cuidado con su buen estado de uso y no se repara esa fuga que tiene y que hace que no deje de gotear ese líquido tan preciado que hoy a dado en llamarse oro azul. 

¡Ojo! Con cada gota que sale, el grifo se lo chiva al contador de agua y el contador se lo chiva al contable y este lo incrementa en la factura sin parar. Sin prisa y sin pausa. Ellos, como buenos profesionales aguadores, solamente hacen su trabajo y eso hay que pagarlo. Igual que antes.
Sino, no le queda a uno otra opción que la de ir a por el agua uno mismo.

Por lo que se ve según lo expuesto, el aguador sigue existiendo en la actualidad y el negocio de la distribución del agua, también.




Publicado el 02-02-2018




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